Siempre hay tiempo para bajar el precio de la casa. Es una de las muchas ideas desacertadas que manejan los propietarios y que arruinan la venta.
Poner un precio demasiado alto lleva a la exclusión, ya que la mayoría de personas que se interesan por una casa lo hacen en los primeros 15 días de su puesta en venta. Si el precio está fuera de mercado, el piso se quema, es decir, el dueño “queda sujeto a tener que rebajarlo excesivamente y cerrar la venta por un precio inferior al que debería”, explica Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria. De hecho, cuanto más tiempo tarde en venderse, menos valor tendrá.
Aunque parezca increíble, se venden casas.Algunas en horas. Casi siempre suele ser en el mismo contexto: inversor y precio bajo.
El plazo medio de venta ronda los 150 días, mientras que en 2007 solo eran necesarias un par de semanas, dicen en Alfa, agencia con una cartera de 15.000 viviendas. Apunta su vicepresidente que las que mejor salida tienen están entre 100.000 y 150.000 euros y, en el extremo opuesto, las que superan los 450.000.
La culpa del parón de las ventas fue de la burbuja inmobiliaria, pero no toda. Muchos propietarios llevan meses y años con el cartel de se vende descolorido. Siguen esperando una llamada.
Las agencias tienen constancia de casas que se pusieron a la venta en los primeros años de la crisis y que aún siguen sin comprador.
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